diumenge, 4 de març del 2012

Justificación del nombre

Dicen los ornitólogos que la alondra es un ave diurna, una de las más estrictamente diurnas, puesto que se activa con la salida del Sol y se desactiva en su ocaso. Nos parecemos. Sólo en algunos momentos muy puntuales de mi vida he cambiado los hábitos diurnos por los nocturnos, y siempre por imperiosa necesidad laboral o vital. Para mí, lo normal y deseable es dar la bienvenida a la aurora ya  levantado y empezar a retirarme a la intimidad de la vida privada con la puesta del Astro rey. No porque sea especialmente monárquico; no al menos en el sentido de rendir culto a la realeza. Si de lo que hablamos es del gobierno del mejor (o los mejores) en una república platónicamente constituída, entonces sí, sí soy monarquico (o aristocrático). Tampoco quiere decirse con esto que haga ascos a una buena cena, regada con excelentes  vinos y en la compañía adecuada; no. Esas esporádicas ocasiones son, simplemente, la excepción a la regla de oro de levantarme temprano y no trasnochar.
El filósofo utilitarista inglés Jeremy Bentham ideó hace ya más de doscientos años un modelo de cárcel para facilitar la siempre complicada, cara y desagradable tarea de vigilar a los reclusos. Llamó al modelo panopticon. Consistía en un edificio en forma de corona circular con una torre en su centro. Las paredes interiores del edificio debían ser transparentes para permitir la visión a través de ellas, de modo que un vigilante situado en la torre central pudiera ver en todo momento el interior de las celdas y, por ende, lo que en ellas hacían los presos. El 'ojo que todo lo ve' (panopticon) facilitaría el trabajo al estado al economizar costes e inhibir conductas inapropiadas en los reos. Un hallazgo, vamos. Evidentemente, una instalación tal vulneraba la dignidad de las personas y su diseño tuvo que ser corregido y adaptado a las exigencias legales que fueron estableciéndose. A pesar de ello, numerosas cárceles en el mundo fueron edificadas con aproximaciones a la estructura ideada por el filántropo Bentham.

Este blog no pretende ser un centro de vigilancia penitenciaria, pero sí una atalaya desde la que observar la realidad que nos circunda. Las paredes interiores del edificio de la actualidad informativa siguen siendo opacas la mayor parte de las veces, pero un buen visor de Rayos X puede facilitar la transparencia. Como la alondra, el blog emprenderá el vuelo al amanecer, aunque mi compañera, la búha noctámbula, me eche una mano de vez en cuando para comentar lo que sucede en el mundo durante mi fase onírica.